Estoy preparando una escapada familiar y repasando la lista de "cosas q no puedo olvidar" y que debo meter en mi maleta. Nos vamos a un hotelito de montaña, en un pueblo catalán y en el que me encanta descansar desde muy pequeña. Os aseguro que es una delicia: el entorno, las habitaciones, las instalaciones e incluso sus dueños. Jaume y Teresa, padres de Cristina y Enric forman el equipo que está al frente de una antigua masía ahora reformada con un gusto excelente. Salir a pasear por los alrededores, caminar hasta una fuente de agua cristalina por el puro placer de beberla al llegar, tumbarnos debajo de una enorme higuera con una sombra estupenda, preparar tus propias tostadas en la chimenea, junto a otros huéspedes... Esas eran las actividades a las que invitaba Can Rafel (www.canrafel.net) en mi infancia. Hoy en día, a esas se suman muchas otras: puedes jugar al mini golf, bañarte en la piscina o degustar cualquier propuesta de su cuidada carta.
En estas fechas que sigue haciendo frío una buena elección, entre otras, sería un vaquero tomboy con una cómoda sudadera como las de Miranda Makaroff para Brownie, divertidas y originales con unos botines planos tipo chelsea. Para ir bien abrigada, un buen plumas sería ideal, ligero, calentito y de fácil mantenimiento pero el poncho étnico, como el que muestra Chanel en su colección "Métiers d´Art" es ideal. Seguro que si os dais una vuelta, encontráis una opción más asequible al bolsillo.
¡Listas para disfrutar!
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